La democracia se encuentra en una encrucijada en la actualidad. A pesar de haberse convertido en un horizonte compartido por la mayoría, se ve amenazada por procesos de desdemocratización y reitización, así como por el populismo, la desilusión y las condiciones sociales, culturales y económicas. La historia podría tomar cualquier dirección en este momento crucial.

Se vislumbra una confrontación entre dos modelos poco atractivos: los regímenes neoliberales que utilizan la democracia representativa para dar prioridad a los mercados financieros, y regímenes como el de China, donde el partido y las élites burocráticas buscan mantener el consenso aumentando el consumo y silenciando los deseos democráticos.

Sin embargo, también existe la posibilidad de un nuevo desarrollo global. Las democracias maduras de Occidente, tras aprender duras lecciones de la crisis neoliberal actual, podrían encontrar formas de frenar el poder neoabsolutista de los mercados financieros y crear estrategias para revitalizar la importancia de la política y la participación ciudadana ilustrada.