En su obra «Patriarcado y acumulación a escala global», Mies analiza la conexión entre patriarcado y capitalismo, cuestionando por qué el desarrollo capitalista no ha logrado reducir la explotación de las mujeres. Se centra en las primeras formas de división sexual del trabajo y en la emergencia del patriarcado a través del monopolio masculino de la guerra y el Estado.

Mies señala que el capitalismo no ha alleviado las imposiciones del patriarcado primitivo, sino que ha transformado y rearticulado estas dinámicas. Explica que esta paradoja se debe a la relación entre el disfrute continuo de las condiciones de acumulación original y la explotación del trabajo de las mujeres.

Desde la persecución de brujas en el siglo XVII hasta la violencia contemporánea contra las mujeres, Mies identifica la constante opresión de las mujeres como la «última colonia de la economía capitalista», agravada por la nueva división del trabajo. Destaca la importancia del trabajo de las mujeres en la «producción de vida» y en la acumulación de capital, un aspecto que el pensamiento socialista y marxista debería considerar.

Publicado en 1986, este libro anticipó muchas ideas posteriormente desarrolladas por Silvia Federici en «Calibán y la bruja». Federici, quien reconoce el vínculo con el trabajo de Mies, continúa explorando estas temáticas en su propia obra.