Esta obra se dirige a aquellos que dependen de nuestro trabajo para vivir (o que aspiran a hacerlo). Montebourg nos advierte que la globalización ha traído desindustrialización, inseguridad, pobreza, agravamiento de las desigualdades, destrucción de los servicios públicos, aumento de la deuda y deslocalizaciones a la mayoría de la población. La única solución para combatir estas calamidades es la desglobalización, corrigiendo el rumbo de un sistema que se ha descontrolado. Se trata de un proceso que nos concierne a todos, protegiendo a los trabajadores tanto del Norte como del Sur y optando por salarios justos y protección social en lugar de beneficios financieros. Implica una transformación ecológica de la producción y una revolución industrial verde, devolviendo las fábricas a sus países de origen y recuperando nuestro destino. Montebourg sostiene que el libre comercio socava la política y limita la libertad del pueblo para elegir sus impuestos, trabajo y salario. En resumen, es un texto que propone nuevas reflexiones y acciones para la política de izquierda.