La modernización inevitablemente genera «desechos humanos», como el exceso de población de migrantes, refugiados y marginados. Este fenómeno surge del desarrollo económico y la búsqueda de orden típicos de la modernidad. Aunque existen regiones que aún no han sido afectadas por la modernización, muchas sociedades las consideran como lugares para albergar el excedente de población de los países desarrollados. Aunque se han encontrado soluciones globales temporales para el problema de la superpoblación local, la modernización ha llevado a la creación de grandes cantidades de «superpoblación» en todo el mundo. Esto ha llevado a la necesidad de buscar soluciones locales a problemas de alcance global. La preocupación creciente por los «inmigrantes» y los solicitantes de «asilo», así como el temor a la seguridad, refleja la importancia de abordar el problema de los «desechos humanos» en la agenda política contemporánea. Esta cuestión clave arroja luz sobre aspectos desconcertantes de nuestra vida en común, desde estrategias de dominación global hasta relaciones humanas íntimas.