Aunque esta historia se ambienta en ciertos periodos de la Revolución Mexicana, no busca formar parte de la historiografía de ese momento. Los autores pretenden narrar la dura realidad de hombres, mujeres y niños, muchos de ellos vulnerables, que padecen las adversidades del frío, la desnutrición, la pobreza, la miseria y las enfermedades que azotan a la población de la capital de Puebla. A pesar de la reconstrucción del centro y de las zonas afectadas por los ataques militares de 1863 y 1867 que devastaron partes importantes del tejido urbano, la pobreza persiste y la crisis social se agudiza. Durante la década de 1910, la sociedad enfrenta dificultades cada vez mayores con el estallido del movimiento revolucionario, que trae consigo caos, desorden, conflictos políticos y escasez de recursos para los gobiernos estatales y municipales. Esta obra aborda no solo la crisis sanitaria de la gripe, sino también la historia social de sus protagonistas, mostrando una preocupación por los problemas cotidianos de la sociedad. El virus de la influenza, con su compleja estructura, ha sido objeto de exhaustivos estudios en los principales laboratorios de Estados Unidos y Europa. En la actualidad, el tema de las grandes pandemias del pasado, en particular la gripe de 1918, ha resurgido con fuerza, recordando la importancia de medidas como la cuarentena, el aislamiento social, la higiene y el uso de mascarillas, que resultaron efectivas en su momento y siguen siendo relevantes en la actualidad.