Una investigación perspicaz sobre los efectos políticos y psicológicos de nuestra cambiante relación con las redes sociales. Ex ejecutivos de la industria social nos advierten que el sistema es adictivo. Nos convertimos en usuarios obsesionados con cada éxito, me gusta, comentario y transmisión compartida. Aunque creemos escribir a la máquina como individuos, en realidad ella nos responde fusionando nuestros deseos, fantasías y debilidades en datos. Nos transformamos, queramos o no, en un producto de experiencias. En la obra «La máquina de Twitter» de Paul Klee, el canto de pájaros de una máquina malévola es un anzuelo para llevarnos al abismo. De manera similar, las redes sociales y la industria nos prometen construir nuestra historia personal, ¿pero hasta qué punto elegimos el mal que se ha creado?