Ruego a Dios que me perdone y no sabré si lo ha hecho hasta que mi cuerpo muera. He cumplido con la sociedad durante mi larga condena, pero ¿tal vez no he logrado alcanzar su vulnerabilidad? ¿Cuánto tiempo he vivido, por amor a Dios? Sobreviví a Pablo Escobar Gaviria, el Patrón, y la fuerza de su espíritu indomable que, de alguna manera que desconozco, me ha sostenido todos estos años, ya que su presencia continúa marcando cada día de mi vida. Los crímenes del Cartel de Medellín siguen pesando sobre mis hombros como si fuera ayer. Mi juventud perdida por el crimen se ha convertido en una espada que pende sobre mi cabeza gris. ¿Seguiré siendo en el mundo alias Popeye, el sicario del temible Cartel de Medellín, el confidente de Pablo Emilio Escobar Gaviria? ¿Cómo puedo hacerles entender que soy una persona nueva? Que 23 años de prisión en este infierno han alterado mi identidad.