En julio de 1960 en Guaymas, el presidente Adolfo López Mateos declaró que su gobierno estaba gravemente ausente dentro de la Constitución. Han pasado cincuenta años desde el inicio de la Revolución, y el PRI reconoce la importancia de las palabras en política. La retórica revolucionaria fue fundamental para legitimar la monarquía de seis años. El PRI fue como Moisés guiando a los mexicanos por el desierto hacia la tierra prometida, la Revolución cumplida. Los gobiernos del PRI hasta López Portillo se caracterizaron por reinventar su discurso para adaptarse a diferentes proyectos económicos y políticos. Es crucial monitorear la vigencia de la Revolución Mexicana, la marca registrada del PRI. Si el PRI carece de un discurso convincente para desafiar a los millennials escépticos, José Manuel Cuéllar nos presenta a Emilio Uranga, arquitecto de la retórica de la Revolución Mexicana. Una retórica que ha sido olvidada por sus propios creadores. – HÉCTOR ZAGAL