Este libro explora la naturaleza de la identidad cultural estadounidense en un momento de shock tras los eventos del 11 de septiembre de 2001. La oleada de devoción patriótica que siguió a los ataques se manifestó en la venta de 250.000 banderas en un solo día en un conocido gran almacén. Sin embargo, este resurgimiento del orgullo nacional es solo la evidencia física de algo más profundo: un renacimiento del orgullo en gran parte de la población de Estados Unidos, un sentimiento que ha estado latente durante mucho tiempo.

Para algunos, se resume en McDonalds, Walt Disney y el béisbol. Para otros, se remonta a los primeros colonos británicos en las tierras, donde dejaron su cultura y su lengua. Para los afroamericanos y latinos, sin embargo, la situación es diferente. Desde sus inicios, Estados Unidos ha tenido que lidiar con los desafíos de la asimilación debido a la diversidad cultural en su territorio.

Pero ahora se enfrentan a un desafío aún mayor: la facilidad con la que los inmigrantes pueden mantener la conexión con su cultura de origen a través de llamadas de larga distancia, canales de televisión en su idioma y vuelos económicos, creando una distancia con los valores de su país de adopción.

Este libro es una obra crucial en la historia cultural y provocará un intenso debate político e intelectual, al igual que los trabajos anteriores de su autor.