¿Cuáles son las causas de los cinco fracasos políticos que nos impiden alcanzar una sociedad más justa, igualitaria, próspera y sostenible? ¿Por qué sentimos constantemente decepción hacia la política y sus actores? ¿Qué nos lleva a experimentar este tipo de desilusión política? ¿Podría ser que el verdadero problema radica en nuestra propia disonancia cognitiva? Parece que anhelamos vivir en democracia, pero a la vez dudamos de la existencia de la voluntad popular. Buscamos la igualdad, pero siempre y cuando no implique poner en riesgo nuestra riqueza. Defendemos la unidad, pero tendemos a valorarla más cuando la recibimos que cuando la brindamos. Demandamos mayor seguridad, aunque no si esto implica restringir nuestras libertades. Y deseamos una economía próspera, pero lo que nos enriquece a corto plazo nos empobrece a largo plazo.

Este mismo patrón se repite una y otra vez: nuestro interés personal obstaculiza nuestra capacidad para alcanzar metas colectivas. Desde la antigua Grecia hasta eventos más contemporáneos como el Brexit, el renombrado profesor de la Universidad de Oxford expone cómo podemos aprender a convivir con nuestras contradicciones para así recuperar la integridad de la política.