En los países latinoamericanos y en España, la precarización laboral ha sido una de las tendencias de empleo más destacadas en la última década. Se han observado diversos tipos de trabajo que reflejan esta situación, como la pérdida de empleo, la subcontratación, el subempleo, el trabajo informal, los bajos salarios y los cambios en los contratos colectivos. Asimismo, la creciente utilización de robots y la automatización en empresas e industrias grandes están desplazando a los trabajadores y operarios.

Dentro del análisis general, se destaca que las instituciones educativas en países de habla hispana no han logrado adaptarse a las vocaciones y necesidades actuales del mercado laboral, debido a la apertura económica. Se enfatiza la necesidad de que las universidades y centros tecnológicos impartan carreras profesionales y técnicas avanzadas que se ajusten a las demandas laborales vigentes. La falta de equilibrio entre la oferta y la demanda de trabajo ha generado una saturación en algunas profesiones, agravando la desigualdad educativa y la escasez de oportunidades.

En este contexto, se ha señalado que las universidades que no logran mejorar su planificación educativa se han convertido en verdaderas «fábricas sin empleo».