Este libro analiza una de las relaciones transfronterizas más complicadas y desiguales del mundo, así como el surgimiento de la política racializada de Donald Trump. La base del trumpismo se construyó mediante ataques al comercio y la inmigración en México, a pesar de que los votantes de Trump residen en condados menos expuestos a la inmigración y las importaciones de México. A pesar de que los latinos contribuyen con más de un billón de dólares al PIB de Estados Unidos, los líderes políticos están avivando la ira racial en torno a los inmigrantes, a pesar de que la tasa de inmigración desde México ha caído a cero. Mientras tanto, la narrativa política abiertamente racial de Trump se está utilizando para respaldar políticas nativistas de aranceles, deportaciones y muros fronterizos que perjudican a la economía estadounidense y a las regiones electorales de Trump. En este libro, un grupo de académicos de ambos países examina los problemas derivados del paradójico surgimiento de una política racializada dividida de manera peligrosa, en un momento en el que la economía de Estados Unidos necesita a inmigrantes y al comercio para seguir desarrollándose en el siglo XXI.