El impacto masivo de la Revolución Rusa dio lugar al surgimiento de grupos de izquierda en partidos socialdemócratas en toda Europa, los cuales se convirtieron en partidos comunistas y atrajeron a millones de trabajadores en busca de un mundo más justo y sin pobreza. Sin embargo, la falta de experiencia de los jóvenes líderes comunistas los llevó a adoptar políticas a veces sectarias y ultraizquierdistas, alejándose de las tradiciones obreras y bolcheviques que pretendían defender.

En un esfuerzo por corregir esta situación, Lenin escribió un importante ensayo en 1920 para el Segundo Congreso de la Internacional Comunista. En este ensayo abordó temas como el uso del Parlamento como una herramienta de dominación burguesa pero necesaria como plataforma para la causa de la mayoría oprimida, la idea de frente único y la importancia de mantener la unidad en la lucha rumbo a un objetivo común, la conexión y colaboración con sindicatos incluso si algunos eran reaccionarios, pero donde la clase trabajadora estaba mejor organizada. En resumen, Lenin delineó las tácticas políticas necesarias para lograr la revolución socialista y elevar el nivel de conciencia y organización de la clase trabajadora.