En los últimos años, se ha observado un incremento de la violencia en América Latina, lo que ha impulsado numerosas investigaciones para comprender sus causas. La mayoría de los estudios se enfocan en aspectos excepcionales, contingentes y anormales, limitando la concepción de la violencia a regiones pobres o subdesarrolladas. Este libro rompe con estas interpretaciones al analizar la violencia como un fenómeno general que combina diversas fuerzas con el fin de generar diferencias materiales en contextos colectivos. Se aborda la violencia desde un enfoque histórico, como un mecanismo inherente a las relaciones de poder que influye en las interacciones colectivas. Los ensayos presentados en esta obra exploran la materialidad de la violencia como el resultado de las dinámicas de las comunidades sociales, manifestándose de formas más o menos visibles, sofisticadas, letales y violentas según los movimientos históricos. En conjunto, estos trabajos permiten comprender el rol central que la violencia desempeña en la configuración del sentido de la vida colectiva en el mundo contemporáneo.