¿Es ser moderno una meta para todos? ¿Qué implica realmente lograr esta modernidad? Términos como indie, hipster, cultureta, moderno y gafapasta son comunes en nuestras conversaciones, pero sus significados son difusos y aluden a una realidad social que la industria cultural y las agencias de publicidad aprovechan para llegar a un amplio mercado. Los hipsters, aparentemente rebeldes, en realidad defienden los valores del capitalismo contemporáneo bajo una apariencia de independencia, creatividad e innovación. Su estética ha generado un consumismo que no causa vergüenza, sino orgullo. ¿Es esta la cultura preferida de la clase dominante? Parece cada vez más probable. La reina Letizia ha sido vista asistiendo a conciertos de grupos indie como Eels, Los Planetas y Supersubmarina, mientras que el magnate Rupert Murdoch ha invertido millones en Vice, un medio de referencia para los hipsters. Sin embargo, los valores promovidos por la cultura indie e hipster son incompatibles con las aspiraciones igualitarias de la contracultura y movimientos sociales como el 15M.