Este libro se enfoca en proponer métodos para investigar la singularidad cultural de una región desde la antropología. ¿Cómo abordamos esta cuestión? ¿Qué elementos y señales guían la investigación? ¿Qué criterios de materialidad y objetividad etnográfica, de historicidad y simbolismo, expresan la especificidad cultural? El patrimonio cultural tiene una naturaleza esquiva y cambiante, lo que dificulta su captura; un desafío que he aceptado con temblorosa pluma y el deseo de presentar un resumen, tal vez creíble, de la razón detrás de casi una docena de monografías. A lo largo de estas páginas, se comparten logros culturales específicos y relevantes resumidos en una visión cósmica de la vida, la enfermedad y la muerte que conecta el cuerpo en diversas ontologías (vivos-muertos, muertos-vida) arraigadas en la realidad, a través de un conocimiento popular y gusto local. Se presentan estructuras formadoras sólidas, figuras sintéticas, rituales, narrativas y mitos universales conducidos por una red de santuarios únicos, en un lenguaje lírico y ambiguo; creando mundos y realidades fluidas que transforman la ansiedad, la angustia, el dolor y la muerte, para expresar el valor de la vida y el deseo de trascendencia. Los creadores de esta cultura existen en la singularidad cultural, y esa cultura, con aspectos de valor moral y humanidad, merece ser respetada.