En su propuesta, Alejandra Azuero Quijano plantea la huelga como una explosión epistémica, un evento que refleja las historias y ritmos del tiempo que nos invitan a reevaluar el pasado para entender y actualizar el presente. A través de los repertorios de resistencia y disrupción, el paro nacional en Colombia reorganizó las percepciones de la política colombiana y, por ende, la realidad política y social de América Latina y el Caribe. Iniciado como respuesta a la polémica reforma tributaria durante la pandemia en abril de 2021, el paro nacional colombiano marcó un inicio y un fin en el mismo año, pero su impacto histórico perdura, generando nuevas formas de experimentación estética, política y de significado. Este evento tiene el potencial de transformarlo todo: la política, las situaciones sensibles y las formas de entendimiento. Por ello, la huelga también demanda la adopción de nuevas formas de narrar, reflexionar y representar nuestra propia historia.