Las crisis rompen la normalidad, desencadenando una serie de eventos que pueden ser peligrosos y a la vez llenos de oportunidades. En estos momentos, es crucial buscar ayuda y trabajar juntos para superar la adversidad. Las crisis nos llevan a mostrar obediencia a quienes creemos que nos pueden ayudar y a unirnos con nuestros pares en la comunidad. Es en estos momentos que la sociedad, los grupos y el Estado se vuelven fundamentales. El Estado, lejos de ser una entidad independiente, es una construcción social que depende de la sociedad para existir. En tiempos de crisis, la relación entre el Estado y los ciudadanos se ve puesta a prueba, con diferentes actores buscando influir en el curso de los acontecimientos. Es en estos momentos críticos que la sociedad puede decidir su destino, trabajando juntos para superar las dificultades. La clave está en mantener el control y trabajar en conjunto para llevar el barco a buen puerto.