La muerte de Gamboa y su familia en mayo de 2020 a manos de un grupo armado en Temixco, Morelos, fue atribuida erróneamente a un crimen pasional organizado por su esposa y un guardaespaldas. Sin embargo, las investigaciones de los reporteros de Animal Político revelaron que detrás de este crimen se escondía un entramado de corrupción y desvíos de recursos durante el gobierno anterior. La familia Gamboa estaba implicada en lavado de dinero por un monto de 5 mil 800 millones de pesos, y Gamboa era la pieza clave para descubrir el mecanismo utilizado por altos funcionarios del gobierno peñista para desviar fondos públicos en escándalos de corrupción como la Operación Safiro.