En los últimos años, Ecuador ha estado en constante movimiento, ofreciendo la oportunidad perfecta para explorar alternativas al neoliberalismo. El autor analiza las victorias y desafíos de la resistencia social en el país durante los turbulentos noventa y principios del siglo XXI. Se centra en entender el significado político de las protestas y el desarrollo de identidades políticas en medio de la crisis, a través de los relatos de líderes indígenas, agricultores mestizos, trabajadores y estudiantes. También se examinan los imaginarios políticos en la transición interrumpida hacia el neoliberalismo radical. Se exploran los simbolismos y discursos ligados al cambio laboral, consumo, revolución social y conformismo «post»clasista. Durante la investigación en 2002, surgieron recuerdos de antiguas luchas por tierra, dignidad laboral y pertenencia nacional, junto con la exigencia de un Estado que garantice la ciudadanía y el renacimiento de la utopía antisistémica. El autor concluye abogando por una desintegración programática de los discursos sociales que se basan en la idea del «fin de la historia».