En palabras de Wenceslao Fernández Flórez, Zorrilla fue capaz de sentir el corazón de España latir bajo el jubón de terciopelo de Don Juan, reflejando así el romanticismo nacional. La obra también refleja a la perfección el ideal romántico, con sus misterios, máscaras, conquistas, huidas, diálogos amorosos y enfrentamientos con lo divino. Se considera un hito que destaca el valor de lo emocional como forma suprema de conocimiento. Zorrilla dio a Don Juan una visión única que lo diferencia de otros autores. La introducción de Francisco Nieva y la edición de Juan Francisco Peña ofrecen una perspectiva actual de la lectura, haciendo que el lector se sumerja en el mundo del amor más apasionado.