En este estudio se examina en detalle la relación entre militarismo, extractivismo y violencia en México. Se analiza cómo el uso de las fuerzas armadas para distribuir y expropiar recursos naturales ha impactado en la política del país, destacando la militarización como una estrategia de seguridad pública que pone en riesgo la soberanía civil. El libro, coordinado por Aleida Azamar Alonso, aborda las acciones gubernamentales que han llevado a la militarización y el fortalecimiento del Ejército en detrimento de la policía local, especialmente en proyectos extractivos. Esto representa una amenaza para las comunidades rurales e indígenas que se oponen a esta lógica. La obra es fundamental para entender la complejidad del extractivismo en México y su relación con el capitalismo depredador que utiliza la violencia como medio de control.