En septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, se vivió una violenta tragedia en la que desaparecieron 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, entre otros. La noche de terror, en la que participaron policías y criminales, desató una intensa investigación por parte de las autoridades federales, evidenciando la conexión con el trágico suceso del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco. En este breve libro, Fernando Escalante Gonzalbo y Julián Canseco Ibarra exploran la construcción simbólica en torno a estos eventos, destacando la influencia de la «cultura antagonista» en la percepción de la realidad social e histórica de México. Siguiendo un modelo de análisis de Marshall Sahlins, los autores revelan los mecanismos de traducción que relacionan estos eventos trágicos en la memoria colectiva.