En su obra, Stasavage presenta un análisis impactante de las lecciones que la historia de los sistemas democráticos nos enseña. Demostrando que la democracia no tuvo su origen en Atenas, sino que su historia es mucho más extensa. Desde la América precolombina, pasando por el África precolonial y llegando hasta Mesopotamia, se pueden encontrar prácticas democráticas que se remontan a los inicios de la sociedad humana. Al estudiar la evolución de la democracia temprana, Stasavage argumenta que comprender dónde y cómo surgieron estas democracias (y por qué eventualmente cayeron) nos ofrece valiosas ideas sobre el funcionamiento de los gobiernos actuales. Utilizando ejemplos antiguos, Stasavage revela cuándo y por qué una sociedad adopta un gobierno democrático o autocrático. También explora la democracia moderna como un intento de combinar el control popular de las antiguas democracias con un Estado fuerte que abarque un extenso territorio, característica de los regímenes autoritarios.