El origen del espíritu del Sesenta y Ocho no está en el leninismo ni en el marxismo, sino en las ideas del anarquista polaco Jan Waclaw Machajski, que consideraba a los intelectuales como enemigos tan peligrosos como el capitalismo para la clase trabajadora. Este sentimiento de rechazo al conocimiento se remonta a la Revolución Francesa, como se refleja en la frase: La République na pas besoin de savants. Berlusconi puede parecer una elección extraña para representar los eventos de los sesenta y ocho, pero para quienes participaron en el movimiento, su voluntad de poder y determinación para destruir la sociedad reflejan esos mismos ideales. Con Berlusconi, se cierra un período histórico que comenzó en los años sesenta, marcado por un cambio de pensamiento y acción hacia un sentimiento colectivo manipulado y delirante.